¡La he vuelto a liar! Le he escrito un mail a mi ex...

–¡Madre mía! Lo he vuelto a hacer. Le he vuelto a escribir… – me lamenté en uno de nuestros míticos cafés de "gabinete de crisis" de amigas.

–Pero Alex, si conoces la teoría...,¿si sabes que no tienes que hacerlo?, ¿por qué le escribes? – me respondió Patricia (cansada de  verme hundida en el fango una y otra vez).

¡No soy yo! ¡Es mi mano loca! y las circunstancias me obligaron. Pusieron en la tele la película que vi con él en el cine y cuando iba en el coche sonó esa canción que nos encanta a los dos… Claramente eran señales divinas, ¿no? –. Las caras de mis amigas eran un poema.

¿Te resulta familiar esta conversación?.

Cuando nuestro ex nos deja lo primero que solemos hacer es adentrarnos en las oscuras mareas de Internet, en busca de porqués. ¿Por qué me ha dejado si me dijo una semana antes que yo era la mujer de su vida?. ¿Por qué ha dejado su ropa en casa?. ¿Por qué ha puesto un “me gusta” en la foto de mi primo de Facebook?. 

Y de los porqués, pasamos al rastreo. Devoramos todo los manuales de reconquista de ex en 30 días que vemos por la red. Pasamos de la reactividad a la proactividad. Nos ponemos manos a la obra.  Nuestra vida se convierte en una estrategia táctica de reconquista. Nos creemos el general George Washington en la Guerra de la Independencia. Y…¿qué suele pasar en muchas ocasiones? Que FALLAMOS.

Sí, sí, querida amiga… no me mires con esa cara que sabes bien de que hablo.

Suena esa canción, nos viene la ansiedad y…¡¡ZAAAS!! Mensaje de Whatsapp al canto. La cagamos y con mayúsculas.

Lo peor es que tratamos de disfrazarlo dándole un toque casual y jocoso. Le soltamos un mensaje tipo: “Han empezado las rebajas en Carhartt y, como sé que te gusta tanto esa tienda, me he acordado de ti”. Creyendo que con ese mensaje él se va a derretir y va volver a nuestros brazos.

Y ahí es cuando viene el jarro de agua fría, cuando nos responde un triste: “Gracias, Alex”.

¡¡¡GRACIAS ALEX!!! Esa no era ni de lejos la respuesta que esperábamos. ¿Dónde demonios está: "Cariño, te echo de menos. Tenemos que hablar"??. Esa tenía que ser la respuesta, a nuestro plan maestro.

(Puede darse el caso de que nos responda positivamente, incluso aunque nos haya dejado, puede que nos tantee para ver si seguimos en sus garras. Pero…!OJO con los tanteos!. Hay que saber diferenciar un tanteo, de un interés real por su parte. 
Dedicaré un post en exclusiva para analizar qué podemos hacer en estas circunstancias).

Cuando nuestro novio nos deja, pasa de ser nuestro aliado a convertirse en nuestro enemigo, al que queremos hacer jaque mate. 
Al principio estamos rabiosas con él. Pasamos por diferentes estadios emocionales incongruentes entre sí. Un día le odiamos y al día siguiente le echamos de menos. Y, cuando creemos que lo vamos a superar, metemos la pata. Lo hacemos porque aún le queremos, es nuestro punto débil y le queremos recuperar. Fallamos a lo grande porque pensamos con el corazón, en vez de con la cabeza.

Piénsalo fríamente. Si no te escribe, si no te llama, si ponen esa peli en la tele y no recibes señales…¿no te dicen nada estos indicadores?.

Genera AUSENCIA. Esto es una carrera de obstáculos y la única oportunidad que tienes para recuperarle es que te eche de menos, para que se dé cuenta de lo que ha perdido. 
Si estás dando señales como un martillo pilón, lo que consigues es que sepa que estás ahí, y sienta que no tiene ningún problema. 
¿Acaso no eres como el general George Washington?. Las guerras no se ganan dando ventaja al enemigo. 

Otra cosa es que se arrepienta realmente y quiera volver con mayúsculas. En ese caso podrás crear la alianza, antes no. ¡Qué se lo curre!.

Como siempre digo, no se trata de ser altiva. Trátale con educación y respeto. Ha sido parte importante de tu vida, pero en estos momentos no puede ser tu amigo.  

Además, y aquí viene la verdadera moraleja de este post: HAZLO POR TI. Date el valor que te mereces. Quiérete. 
¿No te busca? Pues como dicen en la peli Terminator: “Sayonara, baby”. Tu eje no puede estar en manos de otra persona que no seas tú.

Y si no lo haces por ti…¡hazlo por tus amigas!. Tus amigas te quieren y por lo tanto empatizan contigo como las que más.  
Aunque acuden de mil amores a esos gabinetes de crisis a los que las convocas, no les gusta verte sumergida en un bucle de errores en cadena. 
Aguantan como espartanas tus lloros y lamentos, y  asumen que son la banda sonora de cada café, pero…¡no les satures, querida mía!. Si la cosa se alarga en el tiempo, ten claro que terminará resultándoles pesado el tema, porque no quieren verte así. Te quieren y, por lo tanto, no les gusta ver cómo te hundes en el fango voluntariamente, una y otra vez.

SAL DEL BUCLE.

Lo más gracioso del tema es que  cuando metemos la pata lo hacemos por "lo bajini". Lo hacemos sin decir nada a nuestras queridas amigas y consejeras. No les contamos que estamos a punto de cometer el pecado, porque sabemos  que no lo van a aprobar. Se lo contamos  cuando el daño está hecho, cuando el resultado de nuestra expedición a “ciudad angustia” se traduce en una respuesta descafeinada por parte de nuestro ex.   

Una de mis más sonoras meteduras de pata se traduce en un patético mail que le mandé a Gabi, por "lo bajini",  en un ataque de romanticismo, después de recibir esas “señales divinias”. Aún está resonando en mi cabeza el golpe. Tengo atesorado dicho correo como oro en paño, y a día de hoy me río al recordar ese episodio.

Puede que tu ahora estés en ese punto. Puede que sientas que has tenido una epifanía, que el mismísimo Espíritu Santo ha bajado del cielo para indicarte el camino a seguir hacia la gloria. 
PIÉNSALO 1000 VECES ANTES DE MANDAR ESE MAIL, MENSAJE, LLAMADA...

Ten claro una cosa,  y es que, por muy difícil que sea la situación sentimental en la que te encuentras, en un futuro será una anécdota divertida para contar. Eso, te lo aseguro.