1/07/2015

En el DRAGON KHAN

Cuando era veinteañera la ecuación era sencilla: conocías a un chico, empezabas a quedar, se convertía en tu novio, y a los meses ya estaba integrado en tu vida, con celebraciones familiares incluidas. Todo se desarrollaba de manera rodada, sin sobresaltos.

No fue hasta los treinta, cuando escuché por primera vez las palabras mágicas: EN EXCLUSIVA. Y estas vinieron de la boca de Juan, a los 4  meses de empezar a salir: 

Alejandra...estoy muy a gusto contigo, así que, si quieres, podemos tener una relación "EN EXCLUSIVA". Resonó en mi oreja como un zumbido.   

Pero, ¿cómo? ¿¿¿no lo estábamos ya ????

¡¡Qué decepción!! Ha estado quedando con otras... refunfuñé ante mi amigo Pedro, pretendiendo encontrar un cómplice, un mullido hombro sobre el que llorar.
Pero...Alejandra...si es lo normal– respondió  en tono condescendiente y con mirada vacuna–, lo normal es quedar con varias personas a la vez.

¿Qué película de terror era esa? ¿Acaso estas eran las nuevas reglas del juego?

Como me encanta investigar,  realicé un estudio de campo sobre este tema. Pregunté a todo hombre soltero que se cruzó por mi camino y corroboré mis temidas sospechas: muchos hombres tienen varios "frentes" abiertos.  ¡Hala! chúpate esa.

Entonces, tomé conciencia. ¿Acaso aquellas leyendas urbanas que había escuchado, sobre mujeres que querían atar a hombres mientras  ellos luchaban por salvaguardar su libertad, podían ser ciertas? 


Esto  fue el preámbulo de una etapa que guardo con cariño, y que es el corazón de este blog: El DRAGON KHAN.

Imagína. Visualiza a un grupo de cinco amigas, de 30 años y solteras. 
Yo acababa de regresar a mi ciudad tras años viviendo en la capi, y después de dejar a mi novio. Y completando el elenco: Sara, Laura, Patricia y Cristina. Cada una con su historia. 

Treintañeras, solteras y con la presión social de tener que dar explicaciones en eventos varios como bodas, bautizos y comuniones. ¡Ah! y el reloj biológico pisándonos los talones...¿Te imaginas el resultado? 
Pues, como era de esperar, cometimos todas las "cagadas de manual". Indefectiblemente, nos adentramos en una gloriosa etapa de montaña rusa emocional, que he denominado el "Dragon Khan", y que a día de hoy recordamos con nostalgia en nuestros cafés. 
Eramos como gladiadoras en busca y captura del esquema de vida que "teóricamente" teníamos que construir con nuestra edad. ¿Quedarnos atrás nosotras? JAMÁS.



Para mí, la primera bofetada  llegó cuando escuché el concepto mencionado antes: "en exclusiva". 

Pero ¿cómo podía ser?, si yo años atrás era una crack, una "chérif".
Me tenías que ver.  Era la  Ángela Merkel del amor. Una dama de hierro. Una auténtica monógama en serie. Me echaba un novio y si me aburría, lo dejaba y...¡zas!, lo sustituía por otro y, a correr. 

Si en esa época hubiera escrito un blog se habría denominado : "LO QUE APRENDÍ CON MIS EXITOS". Pero, ¿sabes lo que aprendí en esa etapa? Más bien poco.

Si eres de las que piensa que tu vida tiene que ser un contador de conquistas, en el que el triunfador es el que deja y el perdedor es el dejado, necesitas una nueva perspectiva que no se base tanto en tu EGO.

¿Por qué me iban bien las cosas, aparentemente, con 20? Porque no tenía ansiedad, ni presión. Y tenía actitud, porque estaba enfocada en mí. 
No era cuestión de edad, sino de ACTITUD. Y ese es el verdadero triunfo, amiga mía. 

Conócete, quiérete y luego que venga lo que tenga que venir. Relájate, que los tiempos los marcas tú. Dáte tu valor y verás como los demás te lo dan.


¡Menuda mierda! A los 20 el poder lo teníamos las mujeres y a los 30 lo tenéis los hombres se lamentaba Patricia, tras un fatídico episodio de desamor.
Patri, hija, siento decirte que a estas edades tenemos un montón de tías detrás, querndonos atar se pavoneaba Pedro mientras engullía unos nachos. ( Sí, sí...otra vez, mi amigo Pedrito. No sé a ti, pero a mi ya me empieza a caer mal).

También las hay las que con 20 años tienen prisa por conseguir el pack "marido-hijos- perro". Quizás tú eres una de ella y, es posible que a estas alturas de la vida ya hayas recibido palos a tutiplén.

El problema no está en ser mujer, hombre, veinteañera o treintañera. El único problema lo tienes si eres una ANSIOSA  y/o dependiente, y la consecuencia suele ser espantar al que tienes enfrente. Yo conocí a varios "ansiosos", en mi etapa de Dragon Kahn, y fíjate que, aunque yo misma estaba perdida, estos hombres me hicieron huir como alma que lleva el diablo. Solo percibí necesidad por su parte. 

Así que, ¡!, tambien existen los ansiosos, y para ellos tengo dedicado un post con todo el cariño del mundo.

¡Aquí hay canela fina para tod@s!